Del 30 al 31 de marzo, alrededor de 13.500 personas afirmaron ser testigos de grandes, silenciosos triángulos negros volando en el cielo de Bélgica. Una especie de oleada que fue incluso fotografiada por el radar de la OTAN y se enviaron cazas del ejército belga a investigar que lograron tomar una fotografía de uno de los objetos. Se repitió meses después con confirmación de los radares del ejército. Los F-16 que intervinieron detectaron bloqueos de sus radares temporalmente y la posición de los objetos cambiaba a una velocidad inusual, cambiando de posición y siendo imposible su persecución. Fue un caso muy discutido y muchos de los testigos guardaron silencio. Se achacó a que se trataba de helicópteros en vuelos de prueba.
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