El 24 de junio de 1947, Kenneth Arnold, un piloto particular avistaba desde su avioneta en vuelo sobre el estado de Washington, cerca de la frontera del Canadá, encima del monte Rainier,nueve discos. Los describió a los periodistas y dijo que le parecieron «platillos volantes». Esta descripción tan llamativa y sugerente se pegó en los oídos y dio la vuelta al mundo. Así, de está forma tan simple, los ovnis empezaron a ocupar sitios en las páginas de los periódicos de todo el mundo, convirtiéndose en uno de los enigmas que hoy más apasionan a la opinión pública mundial.
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